miércoles, 16 de noviembre de 2011

El problema del inglés

No es la primera vez que me encuentro con la siguiente situación y es que un grupo de turistas o de gente de negocios de otro país entran en un local de la ciudad y quieren consumir. El problema llega cuando la comunicación no fluye, es decir, cuando quieren pedir un café, una tapa o una cerveza y el camarero les mira con cara de susto. Ustedes pueden pensar que los que deben hacerse entender son ellos, pero yo opino que mejorar el nivel de inglés de los trabajadores de nuestras hoteles, bares, restaurantes y cafeterías no estaría nada mal, sobre todo, si lo que queremos es atraer el turismo y que sea un turismo que pernocte en nuestra provincia más de un día y más de dos.
La calidad que tanto predicamos no debe sustentarse solo en lo que "vendemos" sino también en el mejor servicio y éste incluye también que sepamos atender a quien no habla nuestro idioma pero quiere "comprar" lo que le ofrecemos. En un mundo globalizado donde se está demostrando que lo que sucede en Pekín nos afecta directamente, no debemos de circunscribirnos a los clientes locales, sus gustos y su forma de pedir las cosas, sino que también debemos internacionalizarnos.